Construido por los Shonas (tribu de tipo Bantu) en el año 1.100, el Imperio de Zimbabwe cuenta entre sus construcciones más notables, con el Complejo de la Colina, el Complejo del Valle y el Gran recinto. El Gran recinto tenía forma piramidal y él solo hacía 250 metros de diámetro y tres de altura. La totalidad del Gran Zimbabwe era de 27.000 metros cuadrados y su construcción duró un siglo. Sus sistemas de construcción se basaron en el principio de la piedra caliente (así encontramos monumentos construidos en piedra con la representación del Halcón). Como nos lo describe Dapper (explorador holandés): «Se entra (el reino) por cuatro portales principales donde los guardias del emperador son a su vez los centinelas. La parte exterior son torreones y el interior está dividido en varias habitaciones amplias adornadas con tapices de algodón donde la vitalidad de los colores compiten con el brillo del oro, si debemos creer a algunos geógrafos. Las sillas doradas, pintadas y esmaltadas y los candelabros de marfil suspendidos por cadenas el plata son una de las bellezas de estos suntuosos apartamentos. Su vajilla es de porcelana rodeada con ramas de oro».
Si durante mucho tiempo se ha querido cuestionar la paternidad de sus espléndidas construcciones, los hechos son indiscutibles, debemos esa genialidad de la construcción a los negros Africanos y no como quisieron hacernos creer, a los Árabes, Judíos, Persas o Fenicios. El Gran Zimbabwe, que albergaba al rey y a su familia, fue la capital del imperio que incluía lo que hoy es Zimbabwe, Botswana oriental y el sudeste de Mozambique. El Complejo de la Colina (donde se encuentran ocho estatuas con cabeza de pájaro) fue el lugar donde vivía el rey y sus consejeros, sacerdotes y médicos, pero también fue un lugar de culto para el pueblo. El Complejo del Valle estaba reservado para los príncipes y los nobles, y el Gran recinto a las numerosas esposas del Rey. El resto de la población vivía fuera del Gran Zimbabwe en casas construidas siguiendo el mismo modelo y con el mismo material que el de los tres edificios principales (el Complejo de la Colina, el Complejo del Valle y el Gran recinto). El imperio contaba con 20 000 personas de las que 5000 estaban en el Gran Zimbabwe.
Por su ubicación geográfica, los Shonas controlaban las rutas comerciales. A cambio de la abundancia de oro en el oeste del país, compraban ropa y perlas entre los árabes y portugueses. Con la tierra fértil, los Shonas vivían con autosuficiencia alimentaria. Ambos elementos fueron bases importantes para el poder del imperio.
Según los investigadores, los Shonas no practicaban la esclavitud, el rey era justo y escuchaba a sus súbditos, y el pueblo vivía en la opulencia.
El imperio de Zimbabwe decae hacia 1629. Con la llegada de los portugueses en 1502, seguirán muchas guerras y masacres (en 1505) para recuperar el oro. Con la falta de alimento para un ganado en constante crecimiento, un desplazamiento de la población hacia Mozambique, condujo inevitablemente a una reducción de los impuestos recaudados por el rey y el empobrecimiento del reino. El imperio anexado llamado Rhodesia, será liberado por los nacionalistas con la ayuda solicitada a los dioses y a los antepasados, y se convertirá en Zimbabwe, una mezcla de ambos términos shonas «dzimba dzimabwe» que significa casa de piedras, en homenaje al Gran Zimbabwe.
A pesar del gran número de edificios dañados por los saqueadores en busca de tesoros, el imperio de Zimbabwe permanece como la segunda gran civilización negra después de la de Egipto en términos de arquitectura, un lugar muy popular para los turistas y un lugar sagrado para los autóctonos .
El explorador Nicolas Sanson d’Abbeville confirma la grandeza del Gran Zimbabwe en estos términos: «El palacio es grande, magnífico, flanqueado de torres externas con cuatro puertas principales; por dentro enriquecido con tapicería de algodón, decorada con oro y rico y hermoso mobiliario «.
Muchos vestigios del Gran Zimbabwe fueron saqueados por los invasores y diseminados por toda Europa y Estados Unidos.
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