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Hatshepsut, la primera mujer coronada Fari (Faraon – dinastía XVIII )

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Hatshepsut, reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Quinta gobernante de dicha dinastía, reinó de ca. 1490–1468 a. C. Gobernó con el nombre de Maatkara Hatshepsut, y llegó a ser la mujer que más tiempo estuvo en el trono de las «Dos Tierras».

El nombre de Hatshepsut con el que se la reconoce hoy en día en principio era un título con el significado de «La primera de las nobles damas» o «la principal dama de la nobleza», que también se presentaba en su forma completa de Hatshepsut Jenemetamón, esto es, «La primera de las nobles damas, unida a Amón».

Se ignora el momento exacto del nacimiento de Hatshepsut, aunque es de suponer que sucediese en la por entonces capital del estado, Tebas, a finales del reinado de Amenhotep I. Ante la falta de descendencia del faraón, el sucesor designado era el padre de Hatshepsut, el futuro Tutmosis I (Tutmose I), quien para poder legitimar su inminente acceso al trono se había tenido que casar con la princesa Ahmose.

Este matrimonio trajo al mundo, aparte de a Hatshepsut, al menos a otros tres niños, de nombres Amenmose, Uadymose y Neferubity. Desgraciadamente, y debido a la alta tasa de mortalidad infantil, sólo Hatshepsut y su hermana mayor, Neferubity (y ésta sólo por un corto espacio de tiempo) llegarían a edad adulta.

Además de sus hermanos, Hatshepsut tuvo que tener hermanastros fruto de las relaciones de su padre con esposas secundarias y concubinas. Del único del que nos ha llegado costancia es de quien más tarde reinaría como Tutmosis II, un hijo de Tutmosis I y de una esposa secundaria, de nombre Mutnefert.

El Templo de Hatshepsut (Deir el Bahari)

Cuando se vio lo suficientemente fuerte, la hasta entonces gran esposa real y esposa del dios, Hatshepsut, en presencia del faraón Tutmosis III, se autoproclamó también faraón de las Dos Tierras y primogénita de Amón, con el beneplácito de los sacerdotes, encabezados por Hapuseneb. El golpe de efecto fue magistral, y el inexperto Tutmosis III no pudo hacer otra cosa más que admitir la superioridad de su tía y madrastra. Hatshepsut se había convertido en la tercera reina-faraón conocida en la historia egipcia.

Hatshepsut asumió todos los atributos masculinos de su cargo excepto el título de «Toro poderoso» haciéndose representar a partir de entonces como un hombre y tocándose de barba postiza. Estableció una insólita corregencia con su sobrino, aunque hubo un clarísimo predominio de la primera sobre el segundo, hasta tal extremo de colocarlo en un segundo plano impropio del papel futuro que tendría Tutmosis III en la historia. Tal era el carisma y la personalidad de esta mujer.

Aun así, no se puede ver de ninguna forma a Hatshepsut como una usurpadora, visión que han trasladado a nuestra época algunos autores. Al menos no se vio así en su tiempo, pues de haber sido el caso, Hatshepsut habría eliminado con total facilidad a sus adversarios o se habría producido una guerra civil. Tutmosis III no estuvo encerrado en palacio, como se ha llegado a pensar, ni tampoco Hatshepsut evitó hacer mención alguna a su existencia. La sociedad de entonces asumió sin problemas la nueva situación, y Hatshepsut gozó de uno de los reinados más prósperos de toda la historia egipcia, gracias también al apoyo recibido por Hapuseneb y Senenmut, auténticos gobernantes en la sombra.

wikipedia

 

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