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Las famosas iglesias talladas en la roca de Lalibela

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Lalibela es una ciudad monástica del norte de Etiopía, la segunda ciudad santa del país, después de Aksum; es un importante centro de peregrinación. Su población pertenece casi en su totalidad a la Iglesia ortodoxa etíope.

LALIBELA

Está situada en el estado federado de Amhara, a 2.500 msnm. Según la Agencia Central de Estadística de Etiopía, su población en 2005 era de 14.668, 7.049 hombres y 7.619 mujeres.1

Lalibela, antiguamente llamada Roha, fue la capital de la dinastía Zagüe. Recibió su nombre actual del rey Gebra Maskal Lalibela (1172-1212), canonizado por la Iglesia etíope, que quiso construir en la ciudad una nueva Jerusalén en respuesta a la conquista de Tierra Santa por los musulmanes. Muchos de sus edificios históricos tomaron su nombre de edificios en aquella ciudad.

La ciudad alberga las famosas iglesias talladas en la roca de Lalibela, construidas durante el reinado de Gebra Maskal Lalibela y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.2 La más emblemática es la de Beta Girorgios (La casa de San Jorge) con planta de cruz griega y quince metros de altura, tallada íntegramente en la roca.

Cerca de las iglesias se encuentran el monasterio de Ashetan Maryam y la iglesia de Yemrehana Krestos, del siglo XI, construida al estilo axumita, albergada en una cueva.

Rock-Hewn-Churches-Lalibela

Ninguna es igual a otra y entre todas componen un excepcional catálogo de estilos. Están talladas en bloques únicos, sin ladrillos, madera ni argamasa. «Construidas por Dios», aclara uno de los sacerdotes para ahuyentar cualquier tentación de pregunta técnica del visitante. Las más conocidas son Biet Medhani Alem (Salvador del Mundo), la iglesia monolítica más grande del mundo y cuyos muros rosáceos se estiran desde un foso de 12 metros, y Biet Ghiorgis (San Jorge), un soberbio bloque en forma de cruz, muy reconocible desde el aire.

Santuarios en activo como son, en sus lóbregos interiores se desarrollan vistosas ceremonias celebradas en un idioma ininteligible incluso para los feligreses, el ge’ez, la lengua litúrgica oficial, el milenario idioma del imperio de Aksum. La vida en Lalibela no ha cambiado en siglos. La gente sigue yendo a misa cada día envuelta en túnicas y turbantes de algodón blanco para cantar, rezar y practicar un singular aerobic místico.

Desde las paredes de roca, decoradas con rotunda sencillez, miran con ojos desorbitados las decenas de santos, ángeles y vírgenes de piel tostada y expresión ingenua pintados por artistas antiguos. Una moqueta trata de disimular inútilmente la irregularidad troglodita del suelo. Andar se convierte en algo aún más complejo cuando, además de los baches, hay que tratar de esquivar a las escuetas figuras de los devotos que pasan las horas muertas tumbados en cualquier parte de ese ambiente de reconcentrada espiritualidad.

An Ethiopian Orthodox Christian pilgrim leaves the rock-hewn church Bete Giyorgis after attending a mass before the annual festival of Timkat in Lalibela, Ethiopia which celebrates the Baptism of Jesus in the Jordan River, on January 19, 2012. During Timkat, the Tabot, a model of the Ark of the Covenant is taken out of every Ethiopian church for 24 hours and paraded during a procession in towns across the country. Over 80 % of Ethiopians are estimated to be Orthodox Christians. Ethiopian Orthodox Christians believe the real Ark of the Covenant ( a vessel containing the Ten Commandments)  is held in Aksum. It is guarded by a select group of monks, whose sole commitment is to protect the sacred vessel. AFP PHOTO/CARL DE SOUZA
An Ethiopian Orthodox Christian pilgrim leaves the rock-hewn church Bete Giyorgis after attending a mass before the annual festival of Timkat in Lalibela, Ethiopia which celebrates the Baptism of Jesus in the Jordan River, on January 19, 2012. During Timkat, the Tabot, a model of the Ark of the Covenant is taken out of every Ethiopian church for 24 hours and paraded during a procession in towns across the country. Over 80 % of Ethiopians are estimated to be Orthodox Christians. Ethiopian Orthodox Christians believe the real Ark of the Covenant ( a vessel containing the Ten Commandments) is held in Aksum. It is guarded by a select group of monks, whose sole commitment is to protect the sacred vessel. AFP PHOTO/CARL DE SOUZA

Pero curiosamente la presencia del turista y sus torpes pasos (descalzos, eso sí) no importunan. Y eso sorprende hoy tanto como en 1881. Aquel año, el tercer visitante de Lalibela del que se tiene noticias, el alemán Gehrard Rohlfs, escribía: «La tolerancia de aquellos sacerdotes era tan grande que mi sirviente musulmán y traductor pudo ir a todas partes con nosotros». El cristianismo llegó a Etiopía en el siglo IV y hoy sobrevive en su forma ortodoxa. El 60% de la población lo profesa, y como ocurría en 1881, en plena tolerancia con el islam del 30%. Y ese es el otro milagro.

Fuentes: http://elpais.com/diario/2011/05/28/viajero/1306616895_850215.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Lalibela

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