La idea del “Hombre verdadero”, un ser humano que ha trascendido su ego para alcanzar la esencia de su ser, es un concepto central en muchas tradiciones africanas. Los Bambara de Malí, una de las culturas que han preservado esta enseñanza, distinguen entre el hombre común, esclavo de su ego, y el Hombre verdadero, quien es consciente de su conexión con el Creador, conocido como “Maa”. Este artículo se propone explorar esta visión profunda de la humanidad a través de la obra de Amadou Hampâté Bâ y las enseñanzas de la tradición africana.
La Persona y el Ego: Una Distinción Fundamental
La comprensión africana del Hombre comienza con una diferenciación fundamental. El hombre “normal” está dominado por su ego, viviendo en un estado de desconexión con su naturaleza espiritual. Por otro lado, el Hombre verdadero o Muntu está en armonía consigo mismo y con el universo, un ser que ha alcanzado su potencial pleno al reconocer su esencia divina. En su libro Aspectos de la civilización africana, Hampâté Bâ describe esta complejidad:
“El concepto de persona implica una diversidad interior, planos de existencias concéntricas o superpuestas – físicas, psíquicas y espirituales – y una dinámica constante…”
Esta visión coloca a la persona humana como un ser en constante evolución, ligado al cosmos y definido por su capacidad para trascender las limitaciones del ego.
El Mito de la Creación del Hombre en la Tradición Bambara
Para los Bambara, el origen del Hombre está profundamente arraigado en un mito de creación que destaca su naturaleza divina. Maa Ngala, el Creador, dio origen al universo al autocrearse. Creó 20 seres que representaban las fuerzas fundamentales del cosmos, pero ninguno pudo convertirse en su interlocutor. Entonces, mezcló elementos de estas criaturas para crear al ser número 21: el Hombre. Este ser híbrido, compuesto por todos los elementos del universo, fue llamado Maa, compartiendo la primera sílaba del nombre divino, subrayando su naturaleza sagrada.
Esta narrativa refleja cómo el Hombre está intrínsecamente vinculado al universo, no solo como una criatura física, sino como una entidad espiritual capaz de interactuar con las fuerzas divinas.
El Simbolismo del Cuerpo Humano
El cuerpo humano, en la tradición Bambara, es un microcosmos del universo. Hampâté Bâ describe la cabeza como el “piso superior del ser”, que contiene siete grandes aberturas que representan puertas a estados de existencia superiores. Estas puertas están custodiadas por deidades y conducen a dimensiones internas y externas del ser.
“La mente humana es un vasto océano. La parte conocida no es nada comparada con la que queda por conocer. El lema maliense dice: ‘No hay límites para conocer a Maa.’”
Este simbolismo subraya la profundidad y complejidad del ser humano, cuyas capacidades trascienden las limitaciones de lo físico para abarcar lo espiritual y lo universal.
El Hombre y su Relación con el Universo
En la cosmovisión africana, la persona no está aislada. Al contrario, está profundamente conectada con sus semejantes, la naturaleza y el cosmos. Esta interdependencia se expresa en el concepto de “intersubjetividad”, que Jean-Paul Sartre también teorizó en sus escritos. Según Hampâté Bâ, esta relación entre los seres humanos y el mundo natural está regida por leyes de equilibrio y respeto mutuo:
“La persona humana no está separada del mundo natural que le rodea y mantiene con él relaciones de dependencia y equilibrio. Estas leyes no pueden ser violadas, ya que esto causaría una perturbación en la naturaleza y en las fuerzas subyacentes.”
Esta interconexión subraya una visión holística de la vida, donde cada acción tiene repercusiones en el equilibrio del universo.
La Evolución del Hombre: De Maa-Nin a Maa
El proceso de convertirse en el Hombre verdadero es un camino de autotransformación. La tradición Bambara distingue entre el Maa-Nin, el hombre ordinario no realizado, y el Maa, el ser iluminado. Este viaje espiritual implica dominar el ego, desarrollar la conciencia y restablecer la conexión con Maa-Ngala, el Creador.
“No podemos salir del estado de Maa-Nin para restablecer el estado de Maa si uno no es dueño de sí mismo.”
En este contexto, el Hombre verdadero se convierte en el garante del equilibrio de la creación, un interlocutor activo con lo divino y un protector del cosmos.
Relevancia Contemporánea de la Filosofía Bambara
La tradición africana ofrece lecciones valiosas para el mundo moderno. En una era marcada por el individualismo y la desconexión, las enseñanzas Bambara nos recuerdan la importancia de la interdependencia, el respeto por la naturaleza y la búsqueda de la autorrealización. Además, desafían las narrativas coloniales que han distorsionado la historia africana, reivindicando la riqueza y complejidad de sus tradiciones.
Conclusión
La visión africana del Hombre verdadero, como lo describe Amadou Hampâté Bâ, es una invitación a redescubrir nuestra esencia espiritual. Reconocer que somos parte de un todo más grande nos permite trascender las limitaciones del ego y vivir en armonía con el universo. Como enseña la tradición Bambara, el Hombre es el interlocutor del Creador y el garante del equilibrio de la creación.
Referencias
- Hampâté Bâ, Amadou. Aspectos de la civilización africana: Persona, cultura, religión. Présence Africaine, 1972.
- Diop, Cheikh Anta. Nations nègres et culture. Présence Africaine, 1954.
- Tempels, Placide. La philosophie bantoue. Présence Africaine, 1949.
- Zahan, Dominique. The Religion, Spirituality, and Thought of Traditional Africa. University of Chicago Press, 1979.
- Sartre, Jean-Paul. L’être et le néant. Gallimard, 1943.
- Asante, Molefi Kete. Afrocentricity: The Theory of Social Change. Africa World Press, 2003.
- Traoré, Fily. «Cosmovisión Bambara y su impacto en la filosofía africana.» Revista de Filosofía Africana, 2006.
- Gikandi, Simon. Modernity and the African Spirit. Cambridge University Press, 2011.