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Los Bantúes, primeros pobladores de Sudáfrica (Parte 2)

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Zulu

El primero incluía a sus confidentes, que ayudaban en las tareas cotidianas de gestión material y cultural de los asuntos públicos. La asamblea, a su vez, estaba compuesta por todos los líderes subordinados pero que tenían cierta importancia. Debatían los problemas relacionados con la organización de la vida del clan.

Todo hombre adulto participaba libremente. El jefe podría ser criticado durante estas reuniones. Este guía supervisaba todos los asuntos religiosos, económicos, sociales y judiciales. Fue considerado como el símbolo de la unidad, incluso antes de que las confederaciones poderosas surgieran en el país. Porque después de haber vivido en una gran estabilidad y libres de conflictos, todos estos clanes no tuvieron más remedio que enfrentarse. Algunos historiadores coloniales califican estos conflictos de guerras de exterminio entre negros las cuales habrían dejado el camino abierto a los Boers. 

Aunque los factores socio-demográficos bien identificados desde entonces fueron la causa de estos «choques». De hecho, la población aumentó rápidamente y los pastos comenzaron a escasear entre las montañas y el océano. El matrimonio precoz y la poligamia, engendraron una alta tasa de natalidad. Este crecimiento de la población se mantuvo por una baja tasa de mortalidad.

Métodos médicos tradicionales más eficaces, permitían curar muchas enfermedades de la época, lo que contribuyó al aumento de la esperanza de vida. Por lo tanto, sin métodos anticonceptivos eficaces, los clanes finalmente acabaron por disputarse las tierras, para alimentar a la población que crecía a pasos agigantados. Al principio, estos conflictos no eran muy numerosos y relativamente poco sangrientos. En la tradición de los bantúes, éstos se reducían a menudo a un combate singular y ritualizado entre los dos hombres más fuertes de cada clan.

A veces eran entre dos grupos de hombres fuertes, como para simbolizar dos ejércitos. Pero el enfrentamiento se detenía tan pronto como uno de los dos bandos admitía la derrota. El resultado de estas disputas decidía las lealtades de las relaciones entre los líderes de los clanes, la ocupación del espacio vital y de las tierras cultivables. Estos, sin embargo, empezaron a aumentar ya 1780.

Cada clan perfeccionó cada vez más sus medios y métodos de combate. Después de simples conflictos ritualizados, se pasó a la guerra. Pronto algunas grandes figuras emergieron de la refriega y fundaron verdaderas potencias bélicas. Los Swazis del jefe Sobhuza,  los Ndwandés de Zwide y los Abatetwas del Rey Dinguiswayo, se establecieron como principales fuerzas en la región. Zwide no pudiendo tolerar la competencia, intentó luchar y cazar a Sobhuza, que tuvo que volver a otra región del sur de África.Este llevará a su muerte en 1838, el nombre de su hijo de Swiazi. Este estado reconocido por los tratados internacionales se llamó desde entonces Swazilandia.

Las dos potencias que entonces se organizaron para establecerse permanentemente, fueron los Abatetwas y los Ndwandés, con una ligera ventaja para los primeros. Establecieron estructuras fuertes y muy centralizadas. En un espíritu de unificación, reunieron a su alrededor en una confederación económica, política y guerrera a los clanes más débiles, para ofrecerles asistencia y protección. A principios del siglo XIX, la mayoría de los clanes bantúes situados en las afueras del río Mfolozi Mhlophe, fueron así puestos bajo la protección de Dinguiswayo, presidente de la Confederación de los Abatetwas o la de Zwide, rey de los Ndwandés.

Los demás reinos evolucionaron en una anarquía indescriptible. Los Abatetwas eran un pueblo guerrero. Mientras sus vecinos sedentarios, como los Ifénilenjas, monopolizaron la región, el negocio del tabaco y de la madera tallada. Este clan constituía una de las entidades más débiles de la región. Durante mucho tiempo, su nombre era apenas conocido. Sólo unos pocos comerciantes nómadas se aventurarban en su territorio. Los Ifénilenjas fueron liderados por el rey Senza N’Gakona padre de Chaka, futuro conquistador y constructor de la nación.

Nacido en agosto de 1790, se decía que desde muy jóven Chaka tenía las características de un héroe. Pero sin la educación y la oportunidad de darse a conocer, cosa que el soberano abatetwa, Dinguiswayo, lo hizo más adelante, probablemente nadie habría oído hablar nunca de él. Es bajo la dirección personal del soberano abatetwa, que Chaka empieza su iniciación, después una carrera guerrero antes de convertirse en su más brillante general. Por lo tanto, no es de extrañar que fue designado para asegurar la sucesión de Dinguiswayo, muerto en combate en 1816. Chaka fue uno de los hombres carismáticos del siglo XIX, decidiendo decir no a la ocupación colonial de sus países. Rechazaron toda forma de opresión y todo lo que consideraron como un intento de alienación cultural.

Los Bantús en las civilizaciones africanas: dispersión, unidad y resistencia
Los Bantúes, primeros pobladores de Sudáfrica (Parte 1)
Los Bantúes, primeros pobladores de Sudáfrica (Parte 2)

Tidiane Ndiaye
Antropólogo e historiador Senegalés
Traduccion: historiadeafrica.com

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