A lo largo de la historia de la música clásica occidental, el talento y las contribuciones de compositores negros han sido frecuentemente pasados por alto. Desde el virtuosismo de Joseph de Boullongne hasta las innovadoras composiciones de George Walker, estos músicos no solo han enriquecido el repertorio clásico, sino que también han roto barreras en un mundo que a menudo les cerraba las puertas.
1. Joseph de Boullongne, Chevalier de Saint-Georges (1745 – 1799)
Apodado el «Mozart negro», Joseph de Boullongne fue un violinista virtuoso, director de orquesta y compositor que dejó un legado impresionante en la música clásica. Nacido en Guadalupe de una mujer esclavizada y un noble francés, Saint-Georges sobresalió tanto en la música como en la esgrima, siendo reconocido como uno de los mejores espadachines de su tiempo.
Saint-Georges compuso sinfonías, conciertos y cuartetos de cuerdas. Fue director de Le Concert des Amateurs, una de las orquestas más destacadas de Europa. A pesar de enfrentarse a prejuicios raciales, su música influyó en figuras contemporáneas como Mozart, quien, según algunas teorías, se inspiró en el trabajo de Saint-Georges para crear su Sinfonía Concertante.
2. Florence Price (1887 – 1953)
Florence Price fue una pionera en la música clásica estadounidense. En 1933, se convirtió en la primera mujer afroamericana en tener su música interpretada por una orquesta importante, la Chicago Symphony Orchestra. Su Sinfonía en mi menor combina elementos de la música clásica europea con influencias de la música espiritual afroamericana.
Price, profundamente religiosa, integró la música de la iglesia afroamericana en sus composiciones, lo que le permitió crear un estilo único y emotivo que resonó en su época y sigue influyendo en los compositores modernos.
3. Scott Joplin (1868 – 1917)
Conocido como el «Rey del Ragtime», Scott Joplin es más recordado por sus piezas de piano como The Entertainer y Maple Leaf Rag. Aunque su música se sitúa entre el ragtime y el jazz, Joplin también aspiraba a ser un compositor clásico. Su ópera Treemonisha es una obra pionera que combina elementos de la tradición clásica con la cultura afroamericana.
Aunque su música cayó en el olvido tras su muerte, fue redescubierta en los años 70, revitalizando su legado y estableciéndolo como una figura central en la música estadounidense.
4. George Bridgetower (1778 – 1860)
George Bridgetower, violinista virtuoso y compositor, fue un prodigio musical del siglo XVIII. Beethoven inicialmente dedicó su famosa Sonata Kreutzer a Bridgetower tras una colaboración exitosa. Sin embargo, una disputa personal llevó a Beethoven a retirar la dedicación, dejando el nombre de Bridgetower en el olvido.
A pesar de su trágica desaparición de la historia, Bridgetower dejó una huella importante en la música clásica de su tiempo.
5. William Grant Still (1895 – 1978)
Apodado «El decano de los compositores afroamericanos», William Grant Still rompió numerosas barreras raciales. Fue el primer afroamericano en dirigir una orquesta sinfónica estadounidense, en tener una ópera producida por una gran compañía y en tener una sinfonía interpretada por una orquesta importante.
Su Afro-American Symphony fue la primera sinfonía de un compositor afroamericano en ganar reconocimiento internacional. A lo largo de su carrera, Still compuso más de 150 obras, incluyendo sinfonías, óperas y música de cámara.
6. Samuel Coleridge-Taylor (1875 – 1912)
Llamado el «Mahler africano» por sus contemporáneos, Samuel Coleridge-Taylor fue un compositor británico que se especializó en la música coral. Sus cantatas basadas en The Song of Hiawatha fueron enormemente populares en su tiempo, comparables a las de Handel y Mendelssohn.
Coleridge-Taylor también fue un defensor de la música afroamericana, incorporando elementos de esta tradición en sus composiciones y promoviendo su reconocimiento en Europa.
7. George Walker (1922 – 2018)
George Walker fue el primer afroamericano en ganar el Premio Pulitzer de Música en 1996 por su obra Lilacs. También fue el primer graduado negro del Instituto Curtis de Filadelfia y el primer receptor afroamericano de un doctorado de la Eastman School of Music.
Su obra más conocida, Lyric for Strings, es una pieza conmovedora que ha sido interpretada en todo el mundo. A lo largo de su carrera, Walker destacó por su capacidad para combinar elementos tradicionales con una sensibilidad contemporánea.
Conclusión
Estos compositores han sido fundamentales para el desarrollo de la música clásica, desafiando las barreras sociales y raciales de su tiempo. Su legado sigue vivo en la actualidad, inspirando a nuevas generaciones de músicos y compositores. Aunque muchos de ellos fueron marginados en su época, su música continúa resonando, recordándonos la importancia de la diversidad y la inclusión en todas las formas de arte.
Referencias
- Banat, Gabriel. The Chevalier de Saint-George: Virtuoso of the Sword and the Bow. Pendragon Press, 2006.
- Brown, Rae Linda. The Heart of a Woman: The Life and Music of Florence B. Price. University of Illinois Press, 2020.
- Berlin, Edward. King of Ragtime: Scott Joplin and His Era. Oxford University Press, 2016.
- Green, Jeffrey. Samuel Coleridge-Taylor, a Musical Life. Pickering & Chatto Publishers, 2011.
- Ege, Samantha. «The Legacy of William Grant Still.» Journal of American Musicology, 2019.
- Walker, George. Reminiscences of an American Composer and Pianist. Scarecrow Press, 2009.