Un informe reciente de la Economist Intelligence Unit (EIU) destaca que África experimentará una de las tasas de crecimiento poblacional más rápidas del mundo. Para 2035, la población urbana del continente pasará de 650 millones a casi 1.000 millones, con la creación de seis megaciudades de más de 10 millones de habitantes. Entre ellas se encuentran Luanda (Angola) y Dar es Salaam (Tanzania), que se sumarán a las ya existentes como El Cairo, Kinshasa, Lagos y Johannesburgo. Sin embargo, este rápido crecimiento urbano presenta una mezcla de oportunidades y desafíos para el continente(
Desafíos y oportunidades
El informe señala que la expansión urbana masiva también generará problemas como el hacinamiento, el crecimiento de asentamientos informales, el desempleo y la presión sobre los servicios públicos. Además, muchas de estas grandes ciudades se encuentran en zonas costeras bajas, lo que las hace vulnerables al aumento del nivel del mar y a otros efectos del cambio climático(
A pesar de estos retos, la urbanización también ofrece oportunidades. Con una población joven y en crecimiento, las ciudades africanas están posicionadas para convertirse en motores económicos clave. Se espera que las principales ciudades y «clusters» urbanos, como el corredor Abiyán-Lagos en África Occidental, impulsen la creación de empleo y el aumento de los niveles de vida. Además, se prevé la aparición de trabajadores más capacitados y mejor educados, lo que podría generar pequeñas «islas de optimismo económico» en medio de las dificultades(
Soluciones necesarias
Para que las ciudades africanas prosperen, será esencial una planificación urbana adecuada y la implementación de políticas sostenibles. Los expertos recomiendan fortalecer las infraestructuras, invertir en energía sostenible y mejorar la capacidad de los gobiernos locales para enfrentar los desafíos del cambio climático
En definitiva, la rápida urbanización de África representa una gran oportunidad para el crecimiento económico, pero solo si se enfrentan de manera efectiva los desafíos asociados. El futuro de las ciudades africanas dependerá de la capacidad de gestionar estos problemas y aprovechar el potencial de sus habitantes.