El género humano ya había aparecido en el este de África hace 2,8 millones de años, según se deduce de un fragmento de mandíbula de esta antigüedad descubierto en Etiopía.
El fósil, de ocho centímetros de longitud y con cinco piezas dentales incrustadas, es el resto humano más antiguo encontrado hasta la fecha y supera en casi medio millón de años al segundo. Su descubrimiento aclara qué ocurrió en un periodo crucial de la historia de la humanidad, pero que se conoce mal por la escasez de fósiles.
Los resultados de la investigación, presentados en la revista Science, indican que el género Homo desciende probablemente de la especie Australopithecus afarensis a la que pertenece la emblemática Lucy. Sugieren también que fue un cambio climático lo que propició la aparición de la humanidad en el este de África. Aquel cambio climático redujo los bosques y amplió las llanuras áridas, de modo que los primeros humanos evolucionaron en un entorno similar al del Serengeti actual.
Una segunda investigación, presentada en la revista Nature, ha reconstruido cómo era la cabeza de un Homo habilis que vivió hace 1,8 millones de años en lo que hoy es Tanzania. La reconstrucción aporta datos adicionales para comprender el primer millón de años de la historia de la humanidad. Demuestra que el Homo habilis combinaba una mandíbula primitiva parecida a la de los australopitecos con un cráneo más moderno, mayor de lo que se creía hasta ahora, de modo el aumento del tamaño del cerebro emerge como uno de los cambios fundamentales que guió la evolución humana.