La cosmogonía yoruba es una de las tradiciones espirituales más ricas y complejas del mundo, arraigada en las creencias del pueblo yoruba de África Occidental. Esta cosmovisión no solo explica el origen del universo y la humanidad, sino que también establece un marco para comprender las fuerzas divinas y naturales que, según esta tradición, rigen la existencia. A través de un panteón de deidades, rituales y mitos, la cosmogonía yoruba ofrece una perspectiva única sobre la creación, la vida y la interacción entre lo divino y lo terrenal.
En este artículo, exploraremos en profundidad la estructura del cosmos según la cosmogonía yoruba, el proceso de creación del mundo, el papel de las deidades (Orishas) y cómo estas creencias continúan influyendo en la vida de millones de personas en África y en la diáspora yoruba en América y Europa.
Estructura del cosmos: Orun y Aye
En la cosmogonía yoruba, el universo se divide en dos reinos principales: Orun (o Ile Orun), el cielo, y Aye (o Ile Aye), el mundo visible. Estos dos espacios no están completamente separados, sino que interactúan constantemente, influyéndose mutuamente.
Orun: El reino de lo divino
Orun es el hogar de Olorun (también conocido como Olodumare), el dios supremo y fuente de toda la energía vital. Este reino es considerado el lugar de origen de todo lo que existe, un espacio espiritual donde residen las deidades y los ancestros. En Orun, no existe el tiempo ni el espacio tal como los conocemos en el mundo material; es un plano de existencia puramente espiritual.
Olorun es la fuerza creadora suprema, pero no interviene directamente en los asuntos del mundo material. En su lugar, delega tareas a los Orishas, las deidades que actúan como intermediarios entre lo divino y lo terrenal.
Aye: El mundo visible
Aye es el mundo físico, el lugar donde habitan los seres vivos. Este reino está lleno de fuerzas naturales y espirituales que interactúan con los humanos. Según la cosmogonía yoruba, Aye no es un lugar estático, sino un espacio dinámico donde los seres humanos deben esforzarse por mantener el equilibrio entre las fuerzas opuestas del bien y el mal, la luz y la oscuridad.
La interacción entre Orun y Aye es fundamental para entender la cosmogonía yoruba. Los Orishas actúan como puentes entre estos dos reinos, ayudando a los humanos a navegar por las complejidades de la vida terrenal mientras mantienen una conexión con lo divino.
La creación del mundo: El papel de Olodumare y Obatala
El proceso de creación en la cosmogonía yoruba es un relato fascinante que involucra a varias deidades y etapas. En el centro de este proceso está Olodumare, el dios supremo, quien inicia la creación y delega tareas específicas a otras deidades.
Olodumare: El creador supremo
Olodumare es la fuente de toda la existencia. No tiene forma ni género, y es considerado omnipotente y omnisciente. Aunque es el creador de todo, Olodumare no interviene directamente en los asuntos del mundo material. En su lugar, delega responsabilidades a los Orishas, quienes actúan como sus emisarios.
Obatala: El escultor de la humanidad
Uno de los Orishas más importantes en el proceso de creación es Obatala, conocido como el «Rey de la Tela Blanca» debido a su asociación con la pureza y la claridad. Según la tradición yoruba, Olodumare envió a Obatala a la Tierra para crear la corteza terrestre y dar forma a los primeros seres humanos.
Obatala utilizó materiales como el suelo, un molusco y tela para crear la tierra firme. Luego, moldeó figuras de arcilla y las llevó ante Olodumare, quien les dio vida a través de una bola de fuego. El primer lugar creado por Obatala fue llamado Ife, que significa «amor» en yoruba. Ife se convirtió en la «cuna de la existencia» y el lugar donde comenzó la vida humana.
El panteón yoruba: Los Orishas y sus dominios
El panteón yoruba está compuesto por más de 400 deidades, conocidas como Orishas. Cada Orisha tiene roles y atributos específicos, y son considerados antiguos seres humanos deificados que ahora residen en Orun junto a Olodumare.
Elegua: El guardián de los caminos
Elegua es uno de los Orishas más importantes, conocido como el guardián de los caminos y los destinos. Se le invoca al comienzo de cualquier ritual o ceremonia, ya que es el encargado de abrir o cerrar las puertas entre Orun y Aye.
Yemaya: La madre de los océanos
Yemaya es la diosa de los océanos y los mares. Es considerada la madre de todos los Orishas y una figura protectora para las mujeres y los niños. Yemaya representa la fertilidad, la maternidad y la sabiduría.
Oshun: La diosa del amor y la riqueza
Oshun es la diosa del amor, la belleza y la riqueza. Es conocida por su gracia y su capacidad para curar a través del agua dulce. Oshun es una de las deidades más veneradas en la diáspora yoruba, especialmente en Cuba y Brasil.
Shango: El dios del trueno
Shango es el dios del trueno, el fuego y la danza. Es conocido por su fuerza y su temperamento, pero también por su sentido de la justicia. Shango es un símbolo de poder y virilidad.
Ogun: El dios de la guerra y la tecnología
Ogun es el dios de la guerra, la tecnología y los metales. Es el protector de los herreros, los soldados y todos aquellos que trabajan con herramientas de metal. Ogun representa la fuerza bruta y la capacidad de superar obstáculos.
La influencia de la cosmogonía yoruba en la diáspora
La cosmogonía yoruba no solo ha influido en las creencias de los pueblos de África Occidental, sino que también ha dejado una huella profunda en las religiones y culturas de la diáspora africana en América y Europa. A través del comercio de esclavos, las tradiciones yorubas llegaron a lugares como Cuba, Brasil, Haití y Trinidad y Tobago, donde se mezclaron con otras tradiciones espirituales para dar lugar a religiones como la Santería, el Candomblé y el Vodú.
En estas religiones, los Orishas son venerados bajo nombres diferentes, pero sus atributos y roles siguen siendo similares. Por ejemplo, Yemaya es conocida como Yemanjá en Brasil, mientras que Shango es llamado Changó en Cuba.
Conclusión
La cosmogonía yoruba es una visión profunda y compleja del origen del universo y la existencia. A través de sus mitos, deidades y rituales, ofrece un marco para entender las fuerzas divinas y naturales que rigen la vida. Esta tradición no solo ha sobrevivido a lo largo de los siglos, sino que también ha evolucionado y se ha adaptado a nuevos contextos, influyendo en millones de personas en todo el mundo.
Al explorar la cosmogonía yoruba, no solo aprendemos sobre una cultura rica y diversa, sino que también obtenemos una perspectiva única sobre las preguntas fundamentales de la vida: ¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestro propósito? Y ¿Cómo podemos vivir en armonía con el mundo que nos rodea?
Referencias
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