El egiptólogo francés, Emile Amelineau (1850-1915) se dedicó a las primeras dinastías y excavó por primera vez las tumbas de los faraones de la primera dinastía (oficial). Amélineau, al igual que en sus excavaciones en el sur de Egipto, descubrió evidencias de la existencia de un pueblo ya avanzado antes de los faraones de la primera dinastía.
Concretamente descubrió al pueblo de raza negra «los ANU» (a veces llamados «Aunu») que tenían la ganadería y la agricultura extensiva en todo el Nilo y se encerraban dentro de los muros defensivos de las ciudades que construían. Se descubrió que habían fundado las ciudades de Esna (Anutseni), de Erment (Anu Menti), de Qush, de Gebelein (Anti) e incluso la misma Heliópolis (que originalmente fue llamad «Anu»), ya que estas ciudades tienen todas en sus nombres escritos los signos característicos que designan al pueblo Anu, las tres columnas.
Y de acuerdo con muchos investigadores (Chandler, etc), las más grandes figuras del antiguo
Egipto como Osiris, Isis, Hermes, Horus proceden de esta antigua raza Anu. Les recuerdo que, según los textos antiguos, por ejemplo a Osiris se le llama «hijo de Geb y Nut, nacido en Tebas, en el Alto Egipto», que supone así una realidad de vida histórica (los mismos textos dicen que enseñaba las artes de la agricultura y estableció leyes justas).
Los Anu conocían el uso de los metales, del marfil, eran muy organizados y sabían escribir. Esto fue demostrado por el número de artefactos de su procedencia encontrados en la región de Abydos por Amélineau y descritos en sus «excavaciones en Abydos.» El arqueólogo dice «Si Osiris, aunque nacido en Tebas, era de origen nubio [de la raza negra de Sudán], entonces es fácil entender por qué la lucha entre Osiris y Seth tuvo lugar en Nubia.»
(«Prolegómenos» p.124/123). También señaló que Osiris parecía tener «un epíteto étnico que denotaba su origen nubio.» No hay que olvidar que, según los investigadores, Anu es un término que se aplica a Osiris mismo y Amélineau cita el pasaje del capítulo XV del llamado «Libro de los Muertos» (verdadera traducción del título «Libro de la salida a la luz»): «¡Oh Tú, Dios Anu en la tierra montañosa de Antem! Oh Gran Dios de la doble montaña solar!». O bien fue el nombre de Osiris en su papel de cuarto Faraón de la Tierra que los Griego
s tradujeron por Onnuphris, es decir, «El Bueno».
Tenemos un documento predinástico Anu extraordinario encontrado esta vez por el gran egiptólogo Inglés Flinders Petrie (1853-1942) en Abydos. Se trata de un mosaico registrado desenterrado bajo el templo dinástico. La inscripción lleva el retrato en loza vidriada del jefe ANU Tera-Neter. Incluso lleva su dirección inscrita debajo «Palacio de los ANU en Ermant, Tera-neter».
Pero los Anu no son la única contribución a la civilización egipcia. Hay otras y eso es lo que descubrimos cada vez más con los últimos hallazgos arqueológicos en el sur de Egipto. Contamos también con los MESNITU (que algunos investigadores comparan con los Shemsu-Hor) que procedían del Punt, más precisamente de Somalia. Su Tierra se llamaría Ta Neteru («La Tierra de los Dioses»).
Éstos eran principalmente herreros y metalúrgicos y acabarían por dominar a los ANU y su tierra nubia Ta Seti («La Tierra de la Unión» o «Tierra de la Alianza», según las traducciones) de Sudán. Poco a poco las dos tierras fueron unificadas en una sola, Ta Khent («La Tierra del Principio»). La diferencia física entre los ANU y los MESNITU se observa en las mandíbulas, la de los de ANU son más redondeadas y cortas, mientras que la de los MESNITU son cuadradas como la de Narmer-Menes…
Fuente: Prolégomènes d’ Emile Amelineau.