El sitio arqueológico de Engare Sero, al norte de Tanzania, es el yacimiento de huellas de ‘Homo sapiens’ más abundante y mejor conservado que se conoce hasta ahora en África.
Más de 400 pisadas humanas, y también huellas de cebras y de bóvidos, han sido halladas en la orilla sur del lago Natron, cerca del poblado de Engare Sero, en el norte de Tanzania. Los investigadores creen que las pisadas «se originaron en el material volcánico del Ol Doinyo Lengai, un volcán activo situado en las proximidades, y después fueron transportadas fluvialmente al sitio actual«, según indican en un estudio publicado en Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.
La datación de las huellas ha entrañado ciertas dificultades, pues no estaba claro de qué época era el lodo que las conservó, pero finalmente se optó por fechar una concha que había en el lodo con una antigüedad mínima de 5.000 años y una máxima de 19.100 años, a finales del Pleistoceno. «Puesto que los humanos modernos (Homo sapiens) han estado presentes en África desde hace unos 200.000 años, Engare Sero representa el yacimiento de huellas de Homo sapiens anatómicamente modernos más abundante y mejor conservado que se conoce hasta ahora en África«, señala el estudio, coordinado por Cynthia Liutkus-Pierce, de la Universidad Estatal de los Apalaches (Estados Unidos) y becada por National Geographic Society.
Hay huellas que desaparecen de la orilla del mar en cuestión de segundos y otras que permanecen para la posteridad. Las huellas fosilizadas de nuestros antepasados remotos son «una instantánea en el tiempo, que registra un comportamiento en un momento específico de la historia», en palabras de los investigadores. «La primera vez que las vi recuerdo que salí del vehículo y se me caían las lágrimas«, expresa Liutkus-Pierce en un artículo publicado en la edición internacional de National Geographic. «El origen de la humanidad es de un gran interés para mí: de dónde venimos y por qué somos lo que somos. Fue realmente emocionante ver nuestra propia historia ahí», añade. Las primeras pisadas fueron detectadas por el lugareño Kongo Sakkae antes de 2006 y fue el conservacionista Jim Brett quien le comunicó el hallazgo a Liutkus-Pierce pocos años después.
¿Qué nos cuentan las pisadas de Engare Sero? Entre otras cosas que fueron creadas por hombres, mujeres y niños. Hay algunas que sugieren un ritmo acelerado, como si un grupo de gente estuviera «haciendo jogging sobre el fango», según el artículo de Michael Greshko. Otras huellas implican a una persona con un dedo gordo del pie un tanto extraño, posiblemente roto. Y una zona, donde hay numerosas pisadas que se entrecruzan, ha sido bautizada como «el salón de baile» por el equipo de investigadores. «Nunca he visto tantas pisadas en un mismo sitio, es una verdadera locura«, dice William Harcourt-Smith, coautor del estudio.
Fuentes: nationalgeographic.com.es