En octubre de 2015, un estudio publicado en la revista Science y ampliamente difundido por medios como El País afirmó que los africanos tenían ADN neandertal, heredado de euroasiáticos cuyos antepasados habían cruzado con este grupo. Este hallazgo parecía revolucionario, ya que hasta entonces se creía que el ADN neandertal solo estaba presente en poblaciones no africanas, como resultado de la hibridación entre Homo sapiens y neandertales fuera de África. Sin embargo, en febrero de 2016, los científicos de la Universidad de Cambridge rectificaron su estudio, admitiendo un error en el análisis que invalidaba algunas de sus conclusiones iniciales.
El Estudio Original: La Afirmación de ADN Neandertal en Africanos
El estudio original se basó en el análisis del genoma de un hombre antiguo, conocido como el «hombre de Mota», cuyos restos fueron encontrados en una cueva en Etiopía y databan de hace 4.500 años. Este individuo, que vivió antes de una migración masiva de euroasiáticos hacia África, fue considerado como un «africano puro» sin influencia genética euroasiática. Sin embargo, el estudio sugirió que las poblaciones africanas modernas tenían un 0,2% de ADN neandertal, heredado de los euroasiáticos que regresaron a África hace unos 3.000 años.
Esta afirmación fue sorprendente, ya que contradecía la idea de que el ADN neandertal solo estaba presente en poblaciones no africanas debido a la hibridación fuera de África. El estudio también sugirió que esta migración euroasiática había influido en todo el continente africano, incluyendo regiones como África occidental y central.
El Error y la Rectificación
En febrero de 2016, los científicos de la Universidad de Cambridge admitieron un error en su análisis. El problema surgió durante la comparación de las variantes genéticas del hombre de Mota con las de un genoma de referencia humano. Un fallo en el software utilizado para el análisis hizo que algunas variantes genéticas compartidas entre el hombre de Mota y los europeos modernos fueran eliminadas incorrectamente. Esto llevó a una subestimación de la relación genética entre el hombre de Mota y los europeos, lo que a su vez hizo que las poblaciones africanas modernas parecieran más relacionadas con los europeos de lo que realmente eran.
Andrea Manica, una de las autoras del estudio, explicó que el error se debió a un problema técnico en el procesamiento de los datos. «Alguien se olvidó de ejecutar un script que armonizaba los dos paquetes de software utilizados en el trabajo», dijo Manica. Como resultado, la conclusión de que el flujo genético euroasiático había llegado a África occidental y central era incorrecta.
Implicaciones del Error
El error no solo afectó la conclusión sobre la extensión de la migración euroasiática en África, sino que también socavó la afirmación de que muchos africanos llevan ADN neandertal. La rectificación confirmó que el flujo genético euroasiático se limitó principalmente a África oriental y no se extendió a otras regiones del continente. Además, la presencia de ADN neandertal en africanos, que se atribuyó a este flujo genético, también quedó en duda.
Ponto Skoglund, genetista de la Escuela de Medicina de Harvard, fue uno de los primeros en cuestionar los resultados del estudio. Tras realizar una comparación independiente, Skoglund no encontró evidencia de que el flujo genético euroasiático hubiera llegado a África occidental y central. Sus hallazgos llevaron al equipo de Cambridge a revisar su trabajo y admitir el error.
Conclusión: La Importancia de la Transparencia Científica
Este episodio subraya la importancia de la transparencia y la revisión crítica en la investigación científica. Aunque el error fue lamentable, la pronta rectificación por parte de los autores del estudio demuestra un compromiso con la integridad científica. Además, el hecho de que otros investigadores pudieran identificar y corregir el error resalta el valor de la colaboración y el escrutinio en la comunidad científica.
El caso del hombre de Mota también nos recuerda que la historia genética de la humanidad es compleja y que nuestros conocimientos están en constante evolución. Aunque el estudio original planteó preguntas fascinantes sobre la migración y la hibridación en África, la rectificación nos obliga a reconsiderar algunas de esas conclusiones y a seguir explorando el pasado con rigor y humildad.
Referencias
- Gallego, M., et al. «Ancient Ethiopian genome reveals extensive Eurasian admixture in Eastern Africa.» Science, 2015.
- Manica, A., et al. «Correction to ‘Ancient Ethiopian genome reveals extensive Eurasian admixture in Eastern Africa’.» Science, 2016.
- Skoglund, P. «Revisiting the ‘Ancient Ethiopian Genome’.» Nature, 2016.
- El País. «Al contrario de lo que se pensaba, los africanos sí tienen ADN neandertal.» 12 de octubre de 2015.
- Europa Press. «Un error determinó que todos los africanos tenían ADN euroasiático.» 1 de febrero de 2016.