La historia de la independencia de Kenia está plagada de figuras icónicas como Jomo Kenyatta, Dedan Kimathi y Harry Thuku. Sin embargo, entre estas personalidades, muchas mujeres también desempeñaron roles fundamentales en la lucha por la liberación del yugo colonial británico. Una de estas mujeres fue Mary Muthoni Nyanjiru, una activista que, aunque menos conocida que sus contemporáneos masculinos, dejó una marca indeleble en la resistencia keniata. Este artículo explora su vida, sus acciones decisivas durante la detención de Harry Thuku y su legado en la lucha anticolonial de Kenia.
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Contexto Colonial y la Resistencia
A principios del siglo XX, Kenia, bajo dominio británico, experimentaba una creciente tensión debido a políticas coloniales opresivas. Una de las más impopulares fue el hut tax (impuesto a la choza), que obligaba a los africanos a pagar por vivir en sus propias tierras y los forzaba a trabajar en condiciones inhumanas para obtener los fondos necesarios. Este impuesto desencadenó descontento entre los keniatas, lo que alimentó movimientos de resistencia que buscaban liberar al país del colonialismo.
Harry Thuku fue una de las figuras principales de este movimiento. Como miembro de la Asociación de África Oriental (EAA), se opuso vehementemente al hut tax y a otras formas de explotación colonial, incluida la obligación de las mujeres africanas de trabajar en las plantaciones de café de los europeos. En marzo de 1922, Thuku fue arrestado por sus actividades políticas, lo que provocó una gran manifestación de apoyo frente a la comisaría de policía de Kingsway en Nairobi, donde estaba detenido(
La Manifestación y el Papel de Nyanjiru
El 15 de marzo de 1922, cientos de africanos, en su mayoría mujeres, se congregaron frente a la estación de policía para exigir la liberación de Thuku. Entre estas personas estaba Mary Muthoni Nyanjiru, una mujer Kikuyu decidida que había dejado su hogar y su trabajo en Weithaga, Murang’a, para unirse a la protesta. Para muchas mujeres como Nyanjiru, la liberación de Thuku era simbólica de una lucha más amplia por los derechos y la justicia en un sistema colonial que las oprimía doblemente: como africanas y como mujeres.
La protesta continuó el 16 de marzo, cuando la multitud había aumentado a miles de personas, incluida una fuerte representación de mujeres que habían jurado lealtad a la causa a través de un ritual de juramento tradicional Kikuyu, habitualmente reservado solo para hombres. Mientras los manifestantes esperaban bajo el sol abrasador, los delegados que se habían reunido con las autoridades coloniales regresaron con malas noticias: Thuku no sería liberado, sino que enfrentaría un juicio. Esta noticia enfureció a la multitud, que ya estaba tensa y agotada por los días de protesta(
En ese momento crucial, cuando algunos hombres comenzaron a retirarse, Nyanjiru decidió tomar el control. En una muestra extraordinaria de desafío, se adelantó a la multitud, levantó su vestido sobre su cabeza y gritó: «¡Tomen mi vestido y denme sus pantalones! ¡Son unos cobardes!» Este gesto, conocido como guturamira ng’ania en la cultura Kikuyu, es una poderosa forma de insulto que se utiliza en situaciones extremas para avergonzar a los hombres, indicando que habían fallado en su deber de proteger a su comunidad(
El Impacto de Su Acción
El gesto de Nyanjiru tuvo un efecto inmediato y electrizante en la multitud. Sus palabras no solo avergonzaron a los hombres para que retomaran la lucha, sino que también encendieron el espíritu combativo de las mujeres, quienes avanzaron junto a ella hacia las líneas policiales. Enfrentados a esta inesperada oleada de resistencia, los askaris (policías coloniales) abrieron fuego contra la multitud. Mary Muthoni Nyanjiru fue una de las primeras en caer, pero su valentía quedó grabada en la memoria colectiva como un acto heroico(
Los disparos continuaron, y cuando el humo se despejó, más de 20 personas habían muerto, incluidas cuatro mujeres, y decenas resultaron heridas. Aunque Thuku no fue liberado inmediatamente, su arresto y el trágico desenlace de la protesta aumentaron la resistencia popular contra el gobierno colonial británico, sentando las bases para futuros movimientos, incluidos los levantamientos de Mau Mau en los años 50(
El Legado de Mary Nyanjiru
A pesar de su trágico final, la valentía de Nyanjiru dejó una huella duradera en la lucha por la independencia de Kenia. Aunque su sacrificio no logró la liberación inmediata de Harry Thuku, su acción sirvió como un recordatorio de la importancia del papel de las mujeres en la resistencia. La historia de Nyanjiru fue transmitida a través de canciones, poesía y folclore, convirtiéndose en una inspiración para las futuras generaciones de luchadoras, como Wangari Maathai, que utilizaron tácticas similares de desafío durante la era poscolonial
El gesto desafiante de Nyanjiru, en particular, resuena en la memoria de la resistencia africana. Durante los levantamientos de Mau Mau, las canciones que recordaban su valentía fueron prohibidas por las autoridades coloniales, ya que representaban una amenaza política. Aun así, su historia perduró, y en las décadas posteriores, ha sido celebrada en producciones teatrales y narrativas orales como un ejemplo de la fuerza indomable de las mujeres africanas frente a la opresión(
Conclusión
Mary Muthoni Nyanjiru es una figura ejemplar de la resistencia femenina en África, cuya historia merece ser contada y celebrada. Su valentía y su disposición a desafiar no solo a las autoridades coloniales, sino también las normas patriarcales de su tiempo, la convierten en un ícono no solo en la lucha por la independencia de Kenia, sino también en la lucha global por los derechos de las mujeres y la justicia social. Aunque Nyanjiru pagó el precio máximo por su desafío, su legado vive como un testimonio del poder del activismo femenino y de cómo un solo acto de coraje puede cambiar el curso de la historia.