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Nandi la reina Zulu: Una mujer de gran estima

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Estamos en el siglo XVIII en esa parte de África llamada «Zululand», que se encuentra hoy en Sudáfrica. Todo empieza cuando el príncipe de los zulúes, Senzangakona, conoce a Nandi Bhebhe, hija del fallecido jefe de la tribu de Elengani. El príncipe intentará  seducir a la joven huérfana desde el mismo día en que se conocieron. La joven es de hecho conocida por tener una alta autoestima de ella misma y aparte de esto Nandi es  también una de las jóvenes más bellas en la región.

Este es un reto que Senzangakona, Príncipe de los Zulúes, decide afrontar cuando finalmente se encuentra con la persona de la que todo el mundo habla. La joven, que venía de sacar agua en el río, fingió no haber visto ni oído al príncipe de aspecto guerrero de  impresionante estatura y rostro que derretiría a cualquier mujer de la región.

Después que éste último pronunciara en varias ocasiones su nombre, Nandi se dignó por fin a levantar la cabeza hacia el audaz príncipe con mirada interrogadora. Ella sabía quién era él pero debía obligarle a presentarse como cualquier desconocido que se atreviera, por una razón u otra, a perturbar sus actividades diarias.

Senzangakona se presenta como el príncipe de los Zulúes, y le hace saber la atracción que siente por ella. Pero Nandi le hace comprender que no está en absoluto impresionada por su rango y no tiene tiempo para un placer fugaz. El príncipe le promete una relación seria y que daría lugar a una relación conyugal. Por esta razón, Nandi se entrega.

Sin embargo, cuando Nandi queda rápidamente embarazada, los ancianos y asesores de Senzangakona le explican la gravedad de la situación que se presenta. Él mostraba todos los signos de un hombre locamente enamorado y era incuestionable que pensaba tomarla como tercera esposa! Aunque las dos primeras esposas no le habían dado hijos todavía, el hijo que se estaba engendrando en el seno de Nandi no era más que un bastardo, pues fue concebido fuera del matrimonio. Para un príncipe, casarse con una mujer embarazada no sólo era inaceptable sino  una violación grave de las costumbres Zulúes.
Obligado a someterse a las tradiciones de su tribu, y alentado al mismo tiempo por la noticia del embarazo de una de sus esposas, Senzangakona corta todos los lazos con Nandi, la abandona a hacerse cargo sola con su embarazo. En la tribu Elengani, ella se convierte en un tema de vergüenza y confusión.

Será una sacerdotisa la que recoja a Nandi y le haga entender que el embarazo no es un desastre, pero que el niño que lleva en su seno es el que una gran profecía anunciaba desde la antigüedad. Una profecía según la cual nacería un gran líder de la tribu de los zulúes y revolucionaría  toda la parte sur del continente africano… La sacerdotisa le hará entender que el orgullo que se le atribuye es finalmente legítimo porque ella se convertirá en una gran reina, y el hijo que lleva en un gran rey. Nandi se aferrará desde aquel momento y hasta el resto de su vida a esas proféticas palabras.

Senzangakona cansado de los rumores que circulaban de él sobre un hijo ilegítimo y una mujer abandonada, finalmente cambia de opinión y decide casarse con Nandi. Y decide acogerla  a ella y a su hijo Shaka en su kraal. Nandi acepta casarse con el líder y convertirse en su tercera esposa con algo nunca hecho antes: durante la ceremonia de matrimonio, es ella misma, la futura esposa, la que negocia delante del esposo la cuantía de la dote y el precio del rescate del hijo ilegítimo.

Toda la tribu Zulu se sorprendió de la audacia y el coraje de esa mujer que sabía perfectamente quién era  ella y quién era su hijo.  Senzangakona, algo humillado delante de todo su clan por esta mujer descarada y orgullosa de sí misma, aquella que unos meses antes había seducido en el río, se venderá sosteniendo orgullosamente al niño en sus brazos.
El lugar de Nandi como tercera esposa del jefe no iba a ser fácil. Tendría un segundo hijo, una niña. Pero Senzangakona nunca olvidó la humillación que le hizo Nandi durante la ceremonia de la boda. Y manifestará este resentimiento por los actos de humillación hacia Nandi ante toda la tribu en las grandes ceremonias, para el deleite de las otras mujeres que la odiaban. Humilla a Nandi especialmente durante la ceremonia de la boda de su cuarta esposa. Él le pidió agua y la obligó a llevar la calabaza a sus labios para luego empujarla  fuerte haciendo que se cayera al suelo. Chaka , su hijo, de tan sólo seis años , se enfrentó a su padre y lo amenazó de muerte si se atrevía a atacar a su madre. Senzangakona le dijo a Chaka que estaba también orgulloso de que su madre no tuviera ningún afecto particular por el niño.

Finalmente Nandi decide huir con los niños y regresar a su tribu, en Elengani . Pero la acogida no es especialmente calurosa, el jefe de la tribu se siente obligado a recoger a esta joven que había sido motivo de vergüenza y ahora además había abandonado a su esposo, con dos hijos y su madre. El escenario de insultos, golpes bajos , burlas que se han conocido en la corte Zulú fueron espectaculares . Nandi es tratada igual que una traidora, una mujer cuyo orgullo se convirtió finalmente en el hazmerreír de todo el clan. Chaka, el niño nacido fuera del matrimonio, es rechazado por otros adolescentes del clan. Pero Chaka mantiene este lado protector vis – à -vis de su madre y no dudará en golpear violentamente a cualquier persona que se atreva con él.

Un día Chaka es golpeado casi hasta la muerte por los jóvenes de la tribu. Para Nandi fue la gota que colmó el vaso. Y una vez más, decide coger a sus hijos y a su madre e irse. El viaje será largo y doloroso, su madre ya de edad, muere durante el camino y ella misma la enterrará.

Nandi y sus hijos serán recogidos por Dingiswayo , jefe de la tribu de Mthetwa , que anteriormente ya había querido casarse con Nandi. El amor que sentía por Nandi aún no se había apagado y sin vacilar, abrió los brazos a esta mujer de rasgos desvanecidos, cara agotada por el viaje, acompañada de dos jóvenes cuyos ojos y labios revelaban el hambre y la sed.  Y la orgullosa y pretenciosa Nandi se rebajó nuevamente para honrar a sus hijos.

Dingiswayo cuidará de Nandi y sus hijos como si fueran suyos. Le restaurará su belleza y por primera  vez, Nandi se siente cómoda en un lugar. Dingiswayo finalmente se dio cuenta del carácter valiente y las notables capacidades de guerrero de Chaka. Entrena al joven en su ejército y pronto la fama de Chaka se escuchará en todas partes. Su reputación llega a oídos de su padre, Senzangakona . ¿Por qué un extranjero debía beneficiarse del coraje y capacidad guerrera de su propio hijo? Es entonces cuando decide ir él mismo a recuperar a su hijo a casa de Dingiswayo . Aunque Senzangakona sólo desea recuperar al joven pero no a su madre.

Chaka acepta la vuelta, pero con una idea estratégica en su mente: aprender  lo máximo sobre la operativa del ejército Zulú.

Después de unirse al ejército Zulú y demostrar  de lo que era capaz,  su padre le confía la dirección del mismo. Chaka acepta incuestionablemente, y le dice que sólo a causa del sufrimiento y la humillación que Senzangakona hizo soportar a su madre, estaba forzado a hacerle además de jefe del ejército también jefe de los Zulúes. Y dejó así a su padre con cara llena de asombro ante la insolencia de un hijo que le anunciaba tan francamente un inminente golpe de estado para vengar a su madre.

Y esto es lo que hará cuando, a la muerte de su padre, Chaka se entera de que su hermano había tomado el relevo al convertirse en rey de los Zulúes. Entonces creó su propio ejército y después de una extraordinaria batalla contra el ejército de los Zulúes, Chaka mató a su hermano ,  convirtiéndose así en el rey de los Zulúes. Toda la tribu Zulú se inclinó ante este nuevo valiente y poderoso rey y con ellos, las mujeres llenas de odio de su difunto padre, las que una vez habían hecho la vida tan difícil a su madre. Y decide dar el título de Reina Madre a Nandi, ante el cual toda la tribu Zulú se inclinará.

El retrato de Nandi es el de una mujer segura, decidida y valiente. Se suele decir que detrás de cada hombre fuerte hay una mujer fuerte y de hecho, detrás del  gran y famoso Shaka Zulu, estaba su madre, la reina Nandi. Chaka había aprendido de su madre el respeto a la mujer, y cuando comenzó su reinado también estableció un gobierno compuesto estrictamente por mujeres  que a menudo lucharon en las filas de su ejército. Esta mujer fue capaz de criar a su hijo como un ganador, le instauró el orgullo propio y constantemente le recordaba las palabras de la profecía. Esas mismas palabras que Nandi se repetía día y noche y se tranquilizaba diciéndose: «Mi hijo va a ser un gran rey. «

Hoy en día en Sudáfrica el nombre Nandi significa «mujer de gran estima.»

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