Batalla de Adua: La derrota italiana en Etiopía

Cuando el dirigente abisinio ( nos referimos por este nombre para mantener la veracidad y exactitud histórica pero sepa el lector que Abisinia no es más que la actual Etiopía), que desconocía que la versión en italiano del tratado convertía su país en protectorado italiano se enteró, rompió el tratado, obligandode esta manera a Italia a invadir Abisinia si quería cumplir sus propósitos expansionistas.De esta forma se inició la invasión italiana.

Las fuerzas italianas estaban formadas por cuatro brigadas que sumaban aproximadamente 20.000 hombres, con cincuenta y seis piezas de artillería. Una de ellas era una brigada de askaris (infantería nativa reclutada en su colonia de Eritrea pero dirigida por oficialidad transalpina) bajo el mando del general Matteo Albertone. Las tres brigadas restantes eran unidades italianas bajo el mando de los generales los generales Vittorio Dabormida, Giuseppe Ellena y el propio Baratieri. Como armamento contaban con fusiles, carabinas y mosquetones de 10.4 mm, arma de repetición obtenida mediante la adición de un cargador de cuatro tiros (conforme al diseño de Giuseppe Vitali) al viejo fusil de cerrojoVetterli modelo 1870 de un solo tiro. Como armas cortas contaban con revólveres y sables (solo la oficialidad). Tras la derrota hubo polémica en Italia porque parte de las tropas del “Regio Esercito” (los alpini y los bersaglieri) habían sido dotados ya con fusiles modelo 1891 (Mannlicher-Carcano), pero por algún motivo las unidades que participaron la batalla de Adua no lo portaban.

Por su parte los abisinios desplegaron 120.000 soldados, caballería y 42 cañones, portando un armamento de infantería heterogéneo y sobre el que a fecha de hoy no hay un consenso cierto. Lo que a continuación se escribe sobre los datos del material del ejército abisinio son recopilaciones de obras y apuntes sobre la esta batalla proveniente de diversas fuentes.Nos encontramos con Abisinia, un país feudal, donde el rey carecía de un poder absoluto y donde los señores feudales poseían tropas propias. En el libro “Le Guerre Coloniali Italiane 1885-1900” se muestra a los abisinios dotados principalmente con rifles Gras franceses, Remington y Martini Henry. Los Remington y Martini pudieron ser suministrados por el propio gobierno italiano, que llegó a establecer un protectorado sobre Abisinia, y los Gras serían excedentes del ejército francés.
También se indica que en 1887 la inteligencia italiana había estimado que las fuerzas abisinias estaban compuestas aproximadamente con unos 130.000 guerreros armados con alrededor de 13.000 fusiles de avancarga de mecha, 28.000 fusiles de avancarga de percusión y chispa, 30.000 fusiles de retrocarga y el resto dotados con armas tradicionales autoctonas. La misma Italia suministró 5.000 fusiles Remington, fabricados por la firma belga Nagant, pero que por el tratado de Uccialli de 1889, continuaron suministrándoles fusilesRemington y Martini hasta prácticamente 1896. Por otra parte en el libro “Battle in Africa 1879-1914” de Howard Whitehouse se señala que el Negus Menelik II adquirió 25.000 rifles entre 1882 y 1887, y muchos más a traficantes rusos y franceses en la década de 1890. Cuando combatió en Adua tenía más de 80,000 fusiles modernos algunos de ellos suministrados por los mismos italianos”.

En un libro italiano sobre el Carcano se dice que la mitad de los ciento veinte mil hombres estaban armados con Gras y Remington y la otra con Vetterli-Vitali y Mauser belgas. Los franceses les habían vendido bastantes armas para tratar de contrarrestar la influencia italiana, pero muchas de ellas eran fusiles Gras modelo 1874 de 11 mm que estaban siendo retirados de servicio con la adopción del Lebel modelo 1886 de 8 mm. Respecto a los traficantes rusos podemos encontrar que el día 18 Agosto de 1895 una delegación etíope que regresaba de Rusia, había salido del puerto de Odessa (actual Ucrania) con 135 cajas de fusiles. Posteriormente el 31 enero 1896 el embajador italiano en San Petersburgo informó de que no menos de 40,000 fusiles Berdan estaban siendo enviados a Etiopía, y había noticias de que 5.500 fusiles rusos y varios cañones pequeños habían sido recientemente descargados para Menelik II en el puerto francés de Obok en el golfo de Adén.

LA BATALLA

Las cuatro brigadas italianas avanzaron por separado hacia ciudad de Adua por diversos pasos de montaña. El trayecto las separó mucho, de forma que al amanecer del 1 de marzo se encontraban separadas por varios kilómetros de terreno difícil. Esta maniobra fue uno de los mayorers errores cometidos por los mandos italianos. Menelik II y su ejército se habían levantado temprano para asistir a los servicios religiosos. Al conocer la noticia del avance italiano, el emperador reunió los ejércitos separados de sus nobles (Ras Makonnen, Ras Mikael, y el Negus Tekle Haymanot de Gojjam) y avanzó hacia éstos.

La batalla de Adua comenzó durante la noche del 29 de Febrero de 1896, cuando las cuatro brigadas italianas avanzaron para atacar el campamento etíope sito cercano a la ciudad de Adua. El plan italiano consistía en ocupar las alturas que dominaban la llanura del campamento enemigo, para obligar a los etiopes a un ataque frontal (lo cual era perfecto para los italianos) o a retirarse. E1 1 de marzo, el comandante italiano mandó que cada una de sus brigadas avanzara hacia el norte, sur y centro para ocupar posiciones, quedando la brigada restante en reserva. Sin embargo los planes del general Baratieri salieron mal desde el principio, ya que las tropas italianas avanzaron muy lentamente debido a la oscuridad del atardecer, al terreno difícil y escarpado, y a que la zona era desconocida para los oficiales, que tampoco disponían de mapas detallados que posibilitasen el avance. La brigada del general Albertone, que formaba el ala izquierda italiana, perdió el rumbo y las restantes formaciones tuvieron que detenerse durante horas hasta localizar nuevamente a la unidad de Albertone. En esas circunstancias, la caballería etiope del Emperador Menelik II no tardó en detectar el avance del ejército italiano. Cuando Albertone reemprendió el avance alcanzó una altura que tomó por la colina de Kidane Meret, el objetivo de su avance, pero cuando estaba estableciendo a sus hombres, un guia etíope le comunicó que aun estaban a unos seis kilómetros de la colina, lo cual alarmó a Albertone ya que ello significaba que había dejado descubierto el flanco de la brigada italiana que avanzaba junto a la suya por el centro. Sin perder un segundo, Albertone dio órdenes de seguir avanzando.

Al tener noticias del desorden de en su flanco izquierdo, Baratieri dio ordenes a la brigada de reserva del general Dabormida de reforzar el centro y acudir en ayuda de Albertone si fuera necesario, pero por una extraña confusión en la transmisión de las órdenes, la brigada se desplazó al flanco derecho en vez de al izquierdo. Este error sería fatal, ya que justo en ese momento 80.000 guerreros etíopes se lanzaron al ataque contra las aisladas brigadas italianas siendo la del general Albertone (que mandaba los askari) la primera en sufrir el ataque.La superior potencia de fuego italiana mantuvo a los guerreros etiopes a raya durante los primeros ataques, por lo que el emperador Menelik II, viendo que estaba perdiendo muchos hombres y que decaia el ímpetu de sus ataques, estaba a punto de ordenar la retirada, cuando la emperatriz Taitu y su general Ras Maneasha lo persuadieron para enviar los 25.000 hombres de su guardia imperial y la fuerza de élite abisinia, que formaban la reserva, en un asalto final contra Kidane Meret. Esas últimas reservas de Menlik resultaron decisivas para decidir la batalla del lado etiope.La brigada de Albertone, tras dos horas de duros combates en los que contó con el apoyo de la artillería italiana, comenzó a desintegrarse, ya que la mayoria de oficiales habian caido, y las tropas indígenas, viéndose superadas por todos lados, huyeron a la desbandada. Casi al mismo tiempo, los artilleros y los soldados de infantería de la brigada italiana del general Arimondi que ocupaba el centro pronto se vieron rodeados por los etiopes, que habia flanquado su posición, pese a lo cual resistieron en sus posiciones hasta que fueron aniquilados.Intuyendo que algo marchaba mal, Baratieri marchó hacia delante con la brigada bajo su mando para comprobar la situación él mismo. Desconocía que Dabormida no había interpretado bien sus órdenes de reforzar el centro de la linea. Cuando Baratieri comprobó que su linea estaba rota en mil pedazos y que su propia posición, con miles de guerreros etiopes cargando, era tremendamente peligrosa ordenó la retirada inmediata de los supervivientes. Pero la retirada italiana degnero en desbandada, los soldados huyeron hacia a la retaguardia abandonando los heridos, la artillería y su equipo. Esta desbandada empañó el magnífico valor y orden de combate desplegado por el ejército italiano. Al terminar la jornada, dos de las cuatro brigadas italianas habian sido completamente aniquiladas, contabilizándose las bajas italianas totales en alrededor de 6000 soldados.

Cabe señalar que el general Oreste Baratieri, gobernador general de Eritrea, que había luchado en su juventud con las tropas de Giuseppe Garibaldi, estubo cerca de un año durante la guerra italo-abisinia sin entrar en combate considerando que las fuerzas del emperador Menelik II lo superaban ampliamente en número y tenían bastantes armas modernas vendidas por Francia. Pero por circunstancias políticas de Italia y la orden del Presidente del Gobierno italiano Francesco Crispi de entablar batalla con el ejército abisinio forzaron la mano de Baratieri. Después de la derrota el general transalpino fue sometido a un juicio militar del cual salió absuelto, pero con la «sentencia» de renunciar a sus cargos y obligado a retirarse de la vida pública.
Las bajas totales ascendieron a casi 6.000 muertos italianos ( unos 1.500 durante la retirada), más de 1.000 heridos de distinta consideración y según algunas fuentes hasta 3.000 prisioneros. Respecto a estos últimos si eran italianos los etiopes tubieron un trato ejemplar (para la época) con ellospero los prisioneros eritreos sufrieron un castigo ejemplar. Al ser considerados traidores se les amputó la mano derecha y el pie izquierdo.
Por su parte las fuerzas abisinias sufrieron entorno a 10.000 muertos y otros 10.000 heridos aunque, personalmente, teniendo en cuenta el hecho de que Menelik II llegó a plantearse la retirada y el hecho de que el ataque abisinio fue en su mayor parte frontal se me antoja un número de bajas muy discreto.
Esta derrota causó una profunda consternación en Italia, que bien es cierto se resarciría posteriormente con la conquista, temporal, de Abisinia a las órdenes de Mussolini.
La derrota fue aprovechada por el resto de potencias europeas para burlarse de Italia pero desde un plano estratégico los ingleses y los franceses se alegraron de esta derrota, en especial los primeros temerosos de un enorme poder italiano en el canal de Suez. Desde el punto de vista militar esta derrota fue un serio colectivo para un ejército europeo frente a tropas indígenas, aunque no tan humillante como el sufrido por los británicos en la batalla de Isandlwana, donde los soldados ingleses fueron rotundamente derrotados y humillados por hombres armados tan poderosamente como lo son las lanzas y las flechas.

De hecho, quitando estas dos vergonzosas derrotas, para las tropas europeas no se han producido hechos de tal calado en la historia militar occidental.
Desde un punto de vista histórico Abisinia logró mantener con firmeza su independencia y quitando el breve perido bajo poder de la Italia de Mussolini ha sido en único país Africano junto a Liberia que jamás ha sido colonizado. Pero si ganó su libertad perdió una enorme oportunidad de modernización. Por un lado el régimen feudal y por otro la tenue visión estratégica del Negus imposibilitaron que Abisinia emprendiese un plan modernizador depués de haber dejado claro al Mundo que lo que Europa hacía con Africa jamás lo haría con Ábisinia. Pero esa magnífica oportunidad se desperdició y Abisinia se convirtió primero en una nación víctima del comunismo más genocida y criminal que nadie pueda imaginar, y por otro lado en un país pobre al que solo le queda el orgullo de hazañas pasadas.
También es menester publicar que la batalla de Adua fue un claro ejemplo romántico de la guerra, en el cual dos ejércitos se enfrentan en leal combate y donde se alza con el triunfo aquel que ha sido el mejor, sin represalias, sin ejecuciones ni asesinatos, sin torturas, uno de los últimos ejemplos de la guerra dirigida por militares, donde prima el valor, el honor, donde la táctica y la estrategia en la batalla se imponen a la mediocridad de la política, aunque no olvidemos que la batallas de Adua en si vino precedida por las ansias expansionistas de los políticos Italianos. Estamos pues ante la guerra dirigida por militares donde no existe ni violaciones de derechos humanos y campo de exterminio ni nada de eso que los políticos y los civiles que dirigen a los ejércitops nos han demostrado que si existe. Esta fue una batalla, y una guerra, para recordar, no una guerra dirigida por políticos como ocurrió a lo largo del siglo siguiente y con los resultados por todos conocidos..

Fuentes: http://analisisylibertad.blogspot.com.es/2011/12/un-poco-de-historia-la-batalla-de-adua.html

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