El 25 de mayo de 1935, Jesse Owens, un joven atleta negro de 22 años, logró una hazaña sin precedentes en la historia del atletismo. En tan solo 45 minutos, batió cuatro récords mundiales en una competencia estatal en Michigan, Estados Unidos. Esta proeza no solo lo catapultó a la fama mundial, sino que también le aseguró un lugar en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, donde desafiaría las teorías racistas de Adolf Hitler sobre la supremacía aria.
Los Primeros Pasos de un Campeón
Nacido el 12 de septiembre de 1913 en Oakville, Alabama, como James Cleveland Owens, el futuro atleta enfrentó una infancia marcada por la pobreza y la discriminación racial. Jesse era el menor de 10 hermanos en una familia que trabajaba en el campo recolectando algodón. Su salud era frágil, y a los siete años estuvo al borde de la muerte debido a una neumonía.
La mudanza de su familia a Cleveland, Ohio, cuando Jesse tenía nueve años, marcó un cambio crucial en su vida. Allí, pudo acceder a una mejor alimentación y educación. Fue en la escuela primaria donde adquirió el apodo de «Jesse», cuando un maestro confundió las iniciales de su nombre, «J.C.», con «Jesse».
El Descubrimiento de su Talento
Durante sus años escolares, Jesse comenzó a destacar en el atletismo gracias al apoyo de su profesor de gimnasia, Charles Ripley, quien profetizó que sería «el mejor atleta del mundo». Owens encontró en el deporte no solo una forma de superar su condición física, sino también una vía de escape frente al racismo que enfrentaba en la sociedad estadounidense de la época.
La Proeza de Michigan: Cuatro Récords en 45 Minutos
El 25 de mayo de 1935, durante la competición estatal en Ann Arbor, Michigan, Owens protagonizó una jornada que quedaría grabada en la historia del atletismo. Pese a un fuerte dolor de espalda, logró:
- 100 metros lisos: 9,4 segundos.
- Salto de longitud: 8,13 metros, un récord que se mantuvo por 25 años.
- 220 yardas lisas: 20,3 segundos.
- 220 yardas vallas: 22,6 segundos, convirtiéndose en el primer atleta en bajar de los 23 segundos en esta prueba.
Esta actuación lo convirtió en el «Antílope de Ébano» y aseguró su lugar en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936.
El Desafío en Berlín: Contra la Supremacía Aria
Adolf Hitler había planeado los Juegos Olímpicos de Berlín como una demostración de la superioridad de la raza aria. Durante los primeros días de competición, el líder nazi celebró con entusiasmo las victorias de los atletas alemanes. Sin embargo, la llegada de Jesse Owens al estadio olímpico cambiaría el curso de los eventos.
Owens no solo ganó cuatro medallas de oro —en 100 metros lisos, 200 metros lisos, salto de longitud y el relevo 4×100 metros—, sino que también estableció récords mundiales en todas estas disciplinas. Su actuación desmoronó las teorías raciales de Hitler y lo convirtió en una figura icónica a nivel mundial.
La Respuesta de Hitler y el Racismo en Casa
Aunque se ha popularizado la historia de que Hitler se negó a estrechar la mano de Owens, el propio atleta restó importancia al incidente. «No fui invitado a estrechar la mano de Hitler, pero tampoco fui invitado a la Casa Blanca para dar la mano al presidente Roosevelt», recordó años después. Al regresar a Estados Unidos, Owens enfrentó el mismo racismo que había dejado atrás. No se le permitió viajar en la parte delantera del autobús ni vivir en ciertos barrios. A pesar de su gloria olímpica, tuvo que regresar a su trabajo como botones en el hotel Waldorf-Astoria.
La Lucha por Sobrevivir Después de la Gloria
Tras los Juegos Olímpicos, Owens enfrentó serias dificultades económicas. Organizó espectáculos en los que corría contra caballos para ganarse la vida. También intentó emprender negocios, como una lavandería, pero fue víctima de estafas. A pesar de estos desafíos, Owens nunca dejó de inspirar con su historia de perseverancia y superación.
Un Legado Inmortal
El legado de Jesse Owens trasciende el deporte. Su hazaña en Berlín no solo desafió las ideas racistas de Hitler, sino que también inspiró a generaciones de atletas y luchadores por los derechos civiles. En 1976, el presidente Gerald Ford le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil de Estados Unidos. Owens falleció el 31 de marzo de 1980, pero su impacto en la historia del deporte y la igualdad permanece vivo.
La Película: «El Héroe de Berlín»
En 2016, la vida de Jesse Owens fue llevada al cine en la película Race (El Héroe de Berlín), dirigida por Stephen Hopkins. La cinta narra su vida, desde sus humildes comienzos hasta su triunfo en los Juegos Olímpicos de Berlín. Esta obra cinematográfica es un tributo al hombre que, con su velocidad y determinación, desafió al mundo y dejó una marca imborrable en la historia.
Referencias
- Baker, W. J. Jesse Owens: An American Life. University of Illinois Press, 1986.
- Guttmann, A. The Olympics: A History of the Modern Games. University of Illinois Press, 2002.
- Owens, J. C. The Jesse Owens Story. Putnam, 1970.
- Hopkins, S. Race: The Jesse Owens Story (Película, 2016).
- Schaffer, K. The Olympic Century: The Official History of the Modern Olympic Movement. Rand McNally, 1996.