Tombuctú la ciudad de los 333 santos

TombuctuTombuctú es una ciudad apodada “la de los 333 santos” cercana al río Níger (a 7 km de distancia del río), en la región del mismo nombre, en la República de Malí. Con sus 35.657 habitantes es la localidad más poblada de la región y la decimotercera ciudad del país.

Su situación geográfica hace de la ciudad un punto de encuentro entre África occidental y las poblaciones nómadas beréberes y los árabes del norte. Tiene una larga historia como puesto avanzado de comercio, e intersección de la ruta comercial transahariana de norte a sur.
Se hizo próspera por Mansa Musa, rey del Imperio de Malí quien se anexionó pacíficamente la ciudad en 1324. Es el hogar de la prestigiosa Universidad de Sankore y de otras madrazas, y fue capital intelectual y espiritual y centro para la propagación del islam en toda África durante los siglos XV y XVI. Sus tres grandes mezquitas, Djingareyber, Sankore y Sidi Yahya, recuerdan la edad de oro de Tombuctú. Aunque continuamente restaurados, estos monumentos están hoy bajo la amenaza de la desertificación, ya que la ciudad está principalmente hecha de barro.  Según algunos estudios, Tombuctú ha tenido una de las primeras universidades del mundo. Estudiosos locales y coleccionistas todavía cuentan con una impresionante colección de antiguos textos griegos de aquella época, y en el siglo XIV fueron escritos y copiados importantes libros, estableciendo la ciudad como centro de una importante tradición escrita en África.

Existen varias teorías para intentar explicar el origen del nombre de la ciudad. Por un lado, se cree que se compone de la unión de tin, que significa «lugar» y buktu, que es el nombre de una vieja mujer maliense conocida por su honestidad y que vivió en la región. Los tuareg y otros viajeros confiaban a esta mujer todas sus pertenencias que no tenían uso en su viaje de regreso al norte. Así, cuando éstos volvían a casa y les preguntaban dónde había dejado sus pertenencias, estos respondían que las habían dejado en Tin Buktu, esto es «el lugar donde vive Buktu».
Para Abderrahamne es-Saadi la ciudad recibe ese nombre debido a que, en sus orígenes, algún bien fue custodiado por un esclavo llamado Buctú, que significa «de Essuk» (una localidad del norte de Malí, a menudo referida por historiadores árabes como Tadmakka). Por tanto, en bereber significaría «el lugar de Buctú». Otra teoría de René Basset propone que proviene del idioma bereber antiguo, en el que buqtsignifica «lejos», así que Tin-Buqt significaría «un lugar lejano», como lejana es una localidad en el desierto del Sahara. Para otros, como el explorador alemán del siglo XIX Heinrich Barth, la segunda parte del nombre proviene de la palabra árabe nekba, que significa «duna», significando por tanto «lugar de dunas» o «depresión entre las dunas».

Orígenes

La ciudad fue fundada por los tuareg en torno al año 1100 por su proximidad al río Níger como un puesto de comercio, durante la dinastía Mandinga. Tombuctú era el punto de entrada al desierto del Sahara en la ruta transahariana de norte a sur; aquí se reunían los camelleros tuareg, quienes comerciaban con la sal que traían del Mediterráneo y la intercambiaban por oro, fruta y pescado con las tribus negras que poseían dichos bienes en abundancia. La procedencia del oro con el que comerciaban estas tribus era desconocida, y sumado al hecho que no se permitía la entrada a la ciudad a los no musulmanes, originó las más diversas leyendas sobre la ciudad. Un antiguo proverbio de Malí decía:
“El oro viene del sur, la sal del norte y el dinero del país del hombre blanco; pero los cuentos maravillosos y la palabra de Dios sólo se encuentran en Tombuctú”. (Proverbio maliense)
Durante el siglo XIV se construyó la muralla actual y la primera mezquita. Tuvo su mayor esplendor durante el reinado de los Askia (1493-1591), con más de 100.000 habitantes de diversas etnias: bereberes, árabes, mauritanos, bambas y tuareg. Los habitantes estaban organizados en barriadas, donde se agrupaban, pero manteniendo activa la ciudad mediante el comercio.
Pero Tombuctú también fue famosa por su cultura, convirtiéndose en un centro de estudios islámicos, gracias a las diversas facultades de su universidad. Cuando la prohibición a los no musulmanes fue levantada, durante la época francesa, llegaron a su Universidad letrados y científicos de distintos lugares, españoles, egipcios, persas y de todo el Magreb.

Tiempo del Imperio de Malí

En 1312, Mansa Musa se convirtió en el rey del Imperio de Malí, y fue él quien convirtió a Tombuctú en un importante centro comercial y en un gran centro de estudios islámicos. Entonces, el imperio controlaba gran parte de las rutas comerciales entre el oro del sur y la sal del norte; 12 años después se anexionó la ciudad y la potenció como punto de unión de estas rutas comerciales. Mansa Musa fue un devoto musulmán, interesado en expandir la influencia del islam. En sus primeros años como rey, envió a ciudadanos malienses a estudiar en las universidades marroquíes; al final de su reinado estos ciudadanos volvieron y establecieron sus propios centros de estudio en la ciudad. Como musulmán, ordenó la construcción de grandes mezquitas (entre ellas la mezquita de Djingareyber en Tombuctú, por el arquitecto granadino Abu Haq Es Saheli en 1326), bibliotecas y madrazas. Aunque el Imperio Malí perdió el control sobre la región en el siglo XV, la ciudad permaneció como el mayor centro islámico del África subsahariana.

Tiempo del Imperio songhay

Si bien bajo el control de Mansa Musa la ciudad prosperó, la edad dorada de Tombuctú llegó bajo el dominio del Imperio songhay; la ciudad fue conquistada por las tropas enviadas por el rey Sonni Alí Ber en 1468. Pese a que era musulmán, no era muy popular, así que fue derrocado por Askia Mohamed, un devoto musulmán que utilizó a los estudiantes como asesores legales sobre cuestiones éticas. Bajo su reinado, la religión y el estudio ocuparon de nuevo un lugar principal en el imperio Songhay. Estudiantes de todo el mundo islámico acudieron a la Universidad de Sankore (una de las primeras de África) y a las 180 madrazas con las que contaba la ciudad, donde se enseñaba teología, ley islámica y literatura. Unos 25.000 alumnos estudiaron un riguroso programa académico.

Fuentes: wikipedia

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