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Severiano de Heredia el alcalde negro de París que fue borrado de la historia

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Severiano de Heredia es un nombre que, a pesar de su importancia histórica, ha permanecido en la sombra durante más de un siglo. Nacido en La Habana el 8 de noviembre de 1836, fue un hombre que trascendió las barreras raciales y sociales de su época para convertirse en una figura prominente en la política francesa. Aunque su legado ha sido olvidado en gran medida, tanto en Cuba como en Francia, su vida es un testimonio de perseverancia, talento y lucha contra los prejuicios.

Orígenes y Primeros Años

Severiano de Heredia nació en el seno de una familia mulata. Sus padres, Henri de Heredia y Beatriz de Cárdenas, eran personas libres de color, una distinción importante en la Cuba colonial, donde la esclavitud era aún una institución vigente. Fue bautizado el 4 de enero de 1837 en la parroquia de Jesús del Monte, y en su certificado de bautismo se le describe como «mulato nacido libre». Este detalle no es menor, ya que refleja las complejidades raciales y sociales de la época.

Su padrino fue Don Ignacio Heredia y Campuzano, un hombre influyente y primo del poeta romántico cubano José María Heredia. Según rumores de la época, Severiano podría haber sido hijo natural de Don Ignacio, quien lo adoptó y lo llevó a Francia cuando tenía solo 10 años. Este cambio de escenario marcó el inicio de una nueva vida para el joven Severiano, lejos de las limitaciones impuestas por el sistema colonial cubano.

Educación y Formación en Francia

En París, Severiano de Heredia recibió una educación excepcional. Estudió en el prestigioso Liceo Louis le Grand, donde se graduó con honores en 1855. Durante sus años de estudiante, demostró un gran interés por la literatura, escribiendo poemas e historias cortas que reflejaban su sensibilidad y talento. Aunque no alcanzó la fama literaria de sus primos José María Heredia (el poeta cubano) y José María de Heredia (el poeta parnasiano francés), su formación cultural fue sólida y le sirvió como base para su futura carrera política.

Tras su graduación, su padrino Ignacio Heredia lo nombró heredero de todos sus bienes, lo que le permitió vivir con cierta comodidad y dedicarse a sus intereses intelectuales y políticos. En 1868, Severiano se casó con Henriette Hanaire, con quien tuvo una hija, Marcelle de Heredia, quien más tarde se convertiría en una destacada neurofisióloga. Marcelle se casó con Luis Lapicque, también neurofisiólogo, y juntos adoptaron a Carlos Lapicque, quien se convertiría en un famoso pintor.

Carrera Política: De Consejero a Alcalde de París

La carrera política de Severiano de Heredia comenzó en 1873, cuando fue elegido Consejero del barrio de Ternes, en lo que hoy es el distrito 17 de París. Durante los siguientes años, ocupó diversos cargos en la administración municipal, destacándose por su eficiencia y compromiso con los asuntos públicos. Fue responsable de la comisión de asuntos de la prefectura y la alcaldía central, miembro de la comisión de presupuesto y secretario de la vicepresidencia del consejo.

El 1 de junio de 1879, Severiano alcanzó uno de los hitos más importantes de su carrera: fue elegido presidente del Consejo Municipal de París, un cargo equivalente al de alcalde de la ciudad. En aquella época, París era una metrópolis de dos millones de habitantes, y el puesto, aunque honorario y sin salario, era de gran prestigio. Durante su mandato de seis meses, Severiano enfrentó uno de los inviernos más duros de la historia reciente de Francia, con temperaturas que llegaron a los 23 grados bajo cero y el río Sena completamente congelado.

Ante esta emergencia, Severiano demostró una notable capacidad de liderazgo. Contrató a 12.000 hombres desempleados para limpiar las calles y abrió los locales públicos para albergar a las personas sin hogar. Su gestión durante esta crisis le valió el reconocimiento de sus contemporáneos y consolidó su reputación como un administrador competente y compasivo.

Diputado y Ministro: La Cúspide de su Carrera

En 1881, Severiano de Heredia fue elegido diputado por el distrito XVII de París, uno de los más populosos de la capital. Desde este cargo, continuó trabajando en favor de los intereses de la ciudad y sus habitantes. Su labor no pasó desapercibida, y en 1887 fue nombrado ministro de Obras Públicas en el gobierno de Maurice Rouvier. Este nombramiento lo convirtió en uno de los primeros hombres de ascendencia africana en ocupar un puesto ministerial en Europa.

Durante su trayectoria política, Severiano fue un defensor incansable de causas progresistas. Luchó por la separación de la Iglesia y el Estado, la educación gratuita, laica y obligatoria, y la creación de bibliotecas municipales. También fue un pionero en la promoción de la formación profesional y un entusiasta del automóvil eléctrico, una tecnología emergente en aquella época. Además, fue francmasón y librepensador, valores que guiaron su compromiso con la justicia social y la igualdad.

Ataques Racistas y Resiliencia

A pesar de sus logros, Severiano de Heredia no estuvo exento de los prejuicios raciales de su época. El diario La Intransigencia, dirigido por Henri Rochefort, lo atacó de manera sistemática, refiriéndose a él con términos despectivos y calificándolo como «El negro del Elíseo». Sin embargo, estos ataques no lograron mermar su determinación ni el apoyo que recibió de sus aliados políticos y del público en general.

Severiano sucedió a Víctor Hugo en la presidencia de la Association Philotechnique, una organización dedicada a la promoción de la cultura y la enseñanza para adultos. Este cargo fue un reconocimiento a su labor en favor de la educación y la cultura, valores que defendió durante toda su vida.

El Olvido y el Legado de Severiano de Heredia

A pesar de su destacada trayectoria, la figura de Severiano de Heredia comenzó a decaer en la década de 1890. Tras su muerte el 9 de febrero de 1901, a los 64 años, su nombre cayó en el olvido. Aunque algunos medios de prensa, como Le Figaro y La France, informaron que había fallecido a causa de una meningitis, otros, como Le Radical, mencionaron una congestión cerebral. Fue enterrado en el cementerio de Batignolles, en el noroeste de París.

Hoy, Severiano de Heredia no tiene calles que lleven su nombre, ni bustos que lo recuerden, ni ha recibido la Legión de Honor. Sin embargo, su legado perdura como un ejemplo de superación y lucha contra las adversidades. Fue un hombre que, a pesar de su color de piel y su origen humilde, alcanzó las más altas esferas del poder en una de las naciones más influyentes de su tiempo.

Severiano de Heredia merece ser recordado no solo como el primer alcalde de París de ascendencia africana, sino como un defensor de la justicia, la educación y la igualdad. Su vida es un recordatorio de que el talento y la determinación pueden triunfar sobre los prejuicios, y su historia debe ser rescatada del olvido para inspirar a las generaciones futuras.

Referencias

  1. Archivos de la Parroquia de Jesús del Monte, La Habana.
  2. Le Figaro, edición del 10 de febrero de 1901.
  3. La France, edición del 11 de febrero de 1901.
  4. Le Radical, edición del 12 de febrero de 1901.
  5. Documentos históricos de la Association Philotechnique, París.
  6. Biografías y estudios sobre la comunidad afrodescendiente en Francia del siglo XIX.

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